Aspectos históricos de un extinto municipio.
Tras la disolución del antiguo ayuntamiento insular o antiguo cabildo, surgieron los ayuntamientos contemporáneos en las tres primeras décadas del siglo XIX. En unos llegó primero el cura, en otros el alcalde. Nos explicaremos...
La jurisdicción del viejo concejo se fraccionó en tantos municipios como parroquias existían en las postrimerías del siglo XVIII, precisamente cuando se reestructuraba el espacio asistencial de las distintas parroquias de Fuerteventura. Se habló en los primeros de ayuntamientos parroquiales y así fueron contemplados por la propia administración del Estado: Las unidades básicas de la estadística de entonces eran las instituciones eclesiásticas.
Cuando en junio de 1834 se disuelve el viejo cabildo en Betancuria, la Villa pasó a ser uno más junto a los municipios de Pájara, La Oliva, Tetir, La Antigua, Tuineje y Casillas del Ángel. En ellos decimos que primero llegó el párroco, después el alcalde. En Puerto de Cabras, el octavo municipio, primero llegó el alcalde.
Nos centraremos en el de Casillas del Ángel que pergeñado como parroquia en 1790 por los obispos Martínez de la Plaza y Antonio Tavira, tuvo una de las más extensas jurisdicciones. Y con ese territorio se constituyó su primera corporación constitucional en 1812. Su administración se ocupaba de los pagos de La Ampuyenta, Almácigo, Majadillas, Llanos de la Concepción, Viaje Blanco, Laguna de Chincoy, Rosa Ucala, Llanos Pelados, La Laguna, Tesjuates, Goroy, El Matorral, Rosa del Taro; se extendía por los mancomunes de la parte suroriental, limítrofe con Antigua, y la occidental, limítrofe con Betancuria y con La Oliva; llegaba a los Puertos de Tegurame y de Los Molinos, en las respectivas riberas este y oeste.
En la capital Municipal se asentaba el consistorio, un edificio que aún se conserva y en el que, tras la disolución de 1926, funcionó el Juzgado de Paz hasta la década de 1950. Aunque tuvo otros usos, como el de Agencia de Lectura de la Biblioteca Municipal de Puerto del Rosario... Y sería ideal para centro de interpretación de su historia municipal.
Porque el olvido es la peor muerte para la memoria colectiva de un pueblo; sobre todo cuando hay elementos que pregonan la trayectoria de un asentamiento cuyos orígenes se pierden en la noche de los tiempos: aquí nos encontramos estructuras de asentamiento aborigen, anteriores a la colonización europea, roturaciones de tierra y repartos de mercedes en los primeros momentos de conquista, cortijos y casonas, templos del Siglo de Oro (hoy ermita) y parroquia dieciochesca. Y eso en la antigua capital municipal, porque los múltiples pagos mencionados se sumarán al patrimonio histórico y cultural de Las Casillas del Ángel en su evolución municipal (de ellos hablaremos en otras ocasiones).
Con estas pinceladas, recordando que hace cien años se iniciaba el proceso de disolución del viejo municipio que, como sabemos, culminaría en 1926, intento rebuscar en la actual administración de Puerto del Rosario, al que hoy pertenece, alusiones a la carga histórica, cultural y patrimonial de Las Casillas del Ángel, y no las veo, al menos expresada, por ejemplo en el callejero; aunque sea con un rótulo como Plaza de la Municipalidad o Calle de la Municipalidad; tal vez con una lápida que, sobre la fachada del viejo consistorio, recogiese que allí nuestros antepasados funcionaron en ayuntamiento durante más de cien años.
A eso convidamos al Ayuntamiento de Puerto del Rosario: a crear ese centro de interpretación y a reconocer de forma manifiesta el patrimonio cultural del que nos ocupa pues forma parte de la memoria colectiva, y darlo a conocer sin olvidos ni postergaciones. Casillas del Ángel como Tetir, hacen memoria de su centenaria desaparición, que no fue más que "un trámite"; recojamos su legado y difundamos la historia común con el Puerto de Cabras de 1925 y 1926 en que los tres pasaron a conformar la actual capital insular.