Acuerdos y resoluciones del Ayuntamiento de Puerto de Cabras
El Ayuntamiento que logró constituirse casi dos meses después del golpe militar de Miguel Primo de Rivera, nombró a su alcalde por sorteo entre las dos opciones resultantes de la votación emitida por la corporación y que resultó un empate entre Laureano Saavedra Peña y Tomás Felipe Bravo. Resuelta la cuestión, se nombró titular de la alcaldía al segundo de los mencionados.
En un pueblo con tan pocos efectivos demográficos como el Puerto de Cabras de la década de 1920, constituir Corporación Municipal y Junta Municipal de Asociados era un auténtico calvario porque, ¿de dónde se sacaban los concejales y los vocales de la Junta sin caer en riesgo de incompatibilidades? Además, si a ello añadimos que muchos optaban por el Cabildo Insular, con lo cual el número de elegibles para las tres instituciones provocaba auténticos enfrentamientos y denuncias.
Esto fue así hasta marzo de 1924 en que se aprueba el Estatuto Municipal que, entre otras cosas contemplaba el funcionamiento de la institución local en pleno y en comisión permanente.
Pese a todo, nuestro Ayuntamiento, reunido en sesión plenaria de 13 de noviembre de 1923, posiblemente "acechado" aún por la Junta de Asociados, adoptó una serie de acuerdos que merecen destacarse:
A propuesta de Ángel González Brito, del partido republicado, se tomó en consideración el proyecto de construcción de un edificio para Casa Consistorial sobre el solar que ocupaba el Corral Concejil y terrenos anexos. Aunque manifiestamente declarativo, más adelante, en tiempos de la Segunda República, presidiendo el ayuntamiento este señor, se hizo el Consistorio donde hoy está el Centro de la Tercera Edad de Puerto del Rosario. Un terreno que, como vemos, ya cuenta con tres usos, con tres edificaciones a lo largo de su historia, desde la pastoril, hasta actual.
También se acordó aquel día elaborar un padrón vecinal para aplicar el impuesto sobre los aljibes de la localidad. Aún siendo resolución de trámite, ya nos está avisando de la cantidad de depósitos subterráneos que están cegados o "entullidos" en el subsuelo de Puerto del Rosario.
Mejores gracias obtuvo nuestro guardia municipal, para el que resolvieron un incremento en sus haberes de 25 pesetas. Si mal no recuerdo ejercía ese cargo Ramón Correa Mesa.
También expresó la corporación local su deseo de hacerse con un solar para destinarlo a Plaza de Abastos y se fijaron en el que estaba frente a la carnicería, al sur de la playa del muelle municipal. Se inició así un expediente para negociar su adquisición. Años más tarde se volvió al tema, se remató en la década de 1960 y actualmente está sometido a obras de acondicionamiento.
Unos días después, el 27 de noviembre de 1923, quedó constituida la última Junta Municipal de Asociados que, como vimos, desaparecerá tras el Estatuto Municipal de 1924. Dicha junta servía también de cantera para cubrir las vacantes producidas en el Ayuntamiento. Pero esta renovación venía marcada por la necesidad de afrontar el tema de los arbitrios sobre importación y exportación en el que chocaron las corporaciones municipal y cabildicia. La integraron los siguientes contribuyentes: Juan Pérez Medina, Teodomiro Pérez Martín, Secundino Calero, Daniel Travieso Mederos, José Martín Herrera, José Concepción Fortes, Juan Cabrera Hormiga y Pedro Mora Martos.
Sesión plenaria de 30 de noviembre de 1923
El ayuntamiento, integrado por Tomás Felipe Bravo, Manuel López Rodríguez, Ángel González Brito, Francisco del Toro Rivero, Laureano Saavedra Peña, José Martín Herrera y Miguel Saavedra Peña; y asistido los vocales de la Junta Municipal de Asociados, se reunió bajo la presidencia del Coronel Delegado Especial del Directorio Militar en Fuerteventura, José Rueda Elías. Trataron un asunto de vital importancia para el municipio de Puerto de Cabras: la imposición de arbitrios sobre el uso del Muelle Chico.
Las posturas: el representante del Directorio y presidente del acto, manifestó que tales arbitrios eran ilegales ya que, según dijo, "solo al Cabildo, conforme a la Real Orden de 15 de Junio de 1918, compete cobrarlos". Fue contestado por Juan Pérez Medina quien recordó que el muelle era propiedad municipal y que lo que cedieron al Estado en 1911 fue su conservación y mantenimiento. Fue la única réplica en defensa de la economía municipal pues el restos de concejales apostó porque se le mantuviera el cobro hasta finales de 1923 para no desequilibrar el presupuesto del ayuntamiento.
Votado el asunto de los arbitrios, se adhirieron a presidencia el alcalde Tomás Felipe Bravo y el concejal Manuel López Rodríguez. El resto votó en contra.
Pero en sesión de 4 de diciembre el ayuntamiento acordó continuar en el cobro de los arbitrios del muelle, sin disponer de las cantidades recaudadas hasta que el gobernador civil resolviera definitivamente el asunto. Adelantamos nosotros que, finalmente, se llegó a un convenio entre Cabildo y Ayuntamiento por el que, durante algún tiempo, el municipio entregaba a la institución insular una cuota fija mensual por los arbitrios de importación y exportación que se llevaran a cabo en el muelle chico. Puerto de Cabras comenzó a cuestionar a quién competía el pago de alquileres de locales de las delegaciones de la administración del Estado como Marina, cuarteles, Guardia Civil, cárcel del Partido Judicial, delegación de gobierno, etc.