El estudio de la viabilidad económica de un muelle en Puerto de Cabras
Antes de continuar con los capítulos que nos proponemos escribir sobre la rentabilidad de esta infraestructura portuaria en la capital de la isla, consideramos de interés echar un vistazo a los antecedentes que, aunque fue un dique propuesto desde 1863 por el edil Bernabé Felipe Taño, no se pusieron manos a la obra hasta 1888, en una coyuntura propicia a los intereses económicos de la burguesía de nuestro puerto, remontando ya la crisis de la cochinilla y en pleno litigio territorial con el ayuntamiento de la Vega de Tetir.
Para el estudio de la viabilidad del "muelle chico" se recurrió a asesores de Arrecife, un puerto que ya tenía una trayectoria muy similar a la nuestra en su independencia de la Villa de Teguise y de San Miguel Arcángel, porque ambos puertos de Fuerteventura y de Lanzarote siguieron una trayectoria similar basada en el comercio y exportación de cereales y sobre todo barrilla en la última década del siglo XVIII.
Escuchemos y leamos lo que don Secundino Alonso Alonso (1854-1924) suscribió como antecedentes para el proyecto de construcción de un muelle municipal en el Puerto de Cabras de la segunda mitad del siglo XIX: comparando lo producido por el "impuesto de importación y exportación por el muelle de Arrecife" entre 1878 y 1888 y en el mismo periodo por nuestro puerto, concluyó que aquel rentó 275.301 pesetas, a razón de 25.027,36 anuales.
Llevados estos parámetros temporales a Puerto de Cabras nos dice don Secundino que "el producto obtenido (sólo) en el año económico 1887-1888 de un impuesto voluntario establecido sobre el trigo y la cebada que exportó el comercio" de nuestra capital generó 3.729,10 pesetas, obtenidas de 30.103 fanegas de cebada y 3.594 fanegas de trigo exportadas.
Se extendió el informante en detallar la exportación por Puerto de Cabras durante el quinquenio inmediatamente anterior, siempre tomando como referencia los productos estrella, el trigo y la cebada, con una media anual de 1.719.888 kilos entre 1884 y 1888.
Al año siguiente, 1889, se encargó al ingeniero Eugenio Suárez Galván, el proyecto de construcción del dique municipal de Puerto de Cabras, de cuyos datos y costes ya hemos aportado información en otras entradas de nuestros blogs, y que, como sabemos, se llevó a cabo la obra con la implicación de los burgueses capitalinos a través del ayuntamiento y de una sociedad mercantil que se hizo cargo del 50% del precio. Y, como sabemos, se entregó e inauguró la obra el 7 de octubre de 1894.
En cuanto a su rentabilidad económica, vemos cómo el 2 de febrero de 1894 se exponía al público la tarifa para la imposición y cobranza de derechos en el muelle municipal de Puerto de Cabras, en concepto de arbitrio para cubrir el déficit del presupuesto del ayuntamiento, sobre los artículos que se importasen y exportasen.
Entre quintales, pipas, garrafones, barriles, galones, bocoyes, cuarterolas, botijas, botellas, frasqueras, tinajas, sacos, fanegas, fardos, haces, flejes, cestas pedreras y de mano, además de las reses, los artículos apenas se superaban lo 600 o 700 kilos y, en rara ocasión llegó a la tonelada. Los que más caro se grabaron fueron los siguientes:
El tabaco en rama, que pagaba 15 pesetas por bocoy de quinientos kilos.
El fardo de Suela de 40 hojas, que pagaba 16 pesetas.
La pipa de 400 litros de ginebra, que pagaba 12 pesetas.
Bebidas espirituosas, que pagaban 15 pesetas por bocoy de 600 litros.
El aceite de Oliva, que pagaba 20 pesetas el bocoy de 500 litros, y 16 pesetas la pipa de 400.
Testimonialmente se mantuvieron las tradicionales barrilla (en quintales de 46 kilos), cochinilla (en kilos) y orchilla (en quintales de 46 kilos), cal común (en fanegas de 46 kilos), cal hidráulica o cemento (sacos de 100 kilos), yeso (en sacos de 46 kilos); unidades que apenas llegaban a peseta por unidad de peso.
Superado el plazo de exposición pública de la tarifa del muelle, la Junta Municipal de Asociados (cuerpo integrado por el ayuntamiento y triple número de mayores contribuyentes), en sesión del día 19 de febrero de 1894 "acordó prestarle su aprobación y que se remitiera al señor Gobernador Civil de la Provincia para los efectos consiguientes".
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| El muelle chico, copia digital de Cuaderno de Puerto de Cabras. |
Y tardó un par de años en entrar en vigor, subastándose la recaudación del arbitrio del muelle municipal, nombrándose en última instancia como recaudador a don Agustín Medina Rodríguez, entre otros.
Pero el Ayuntamiento siguió adelante en el perfeccionamiento del servicio de muelle, subastando el pescante de la punta y los barquillos de servicio interior, desde el fondeadero hasta las escalinatas.
De ello hablaremos en otras entradas de nuestro blog.
(c) Francisco Javier Cerdeña Armas
