Los Molinos: Topónimo y puerto.
“Las Parcelas” es la denominación que siguen usando los propios vecinos de la Colonia Rural para referirse a su pueblo que oficialmente inaugurado en 1947, se rotuló como “Colonia Rural García Escámez” desde 1950. Pero conviene aclarar que en los inicios del proyecto de construcción de aquel pueblo, el mismo se conoció como “Asentamiento de Los Molinos”.
Poco antes, mientras se adquirían los terrenos (unos comunales, otros cedidos por particulares y que en origen seguramente fueron fruto de la apropiación por prescripción de la ocupación del bien común), la administración del Mando Económico de Canarias y del propio ayuntamiento se referían a este proyecto de poblamiento agrícola como el “asentamiento de Los Molinos”, en atención a que éste era el pueblo más próximo, como siempre se hizo en Fuerteventura para dar cobijo en el nomenclátor a los nuevos pueblos.
Puertito de Los Molinos (Puerto del Rosario) en 2009. [Foto aportada por Paco Cerdeña] |
Los Molinos, pueblo y puerto, precedió al asentamiento de población en el tablero de Las Escuderas. Sus casas se registraron fiscalmente poco después de que el ayuntamiento de Casillas del Ángel, presionado por el Puerto, decidiera disolverse y extinguir el municipio al que pertenecía el que nos ocupa, y que existieron allí desde que los pescadores hicieron sus “ranchitos” cuando -como señalamos más arriba- el volcán de Timanfaya cegó el puerto de Janubio en la vecina Lanzarote.
El nomadeo de gentes y barquillos por los distintos embarcaderos de nuestra costa occidental, propició el surgimiento de casas o cuartos donde guarecerse en los momentos de mar gruesa. O daban la vuelta, haciendo lo mismo en la vertiente oriental: Jablito, Puerto Lajas, Puerto de Cabras…
Esta presencia de pescadores y gentes expulsadas tras las erupciones volcánicas de Lanzarote fue real y patente desde 1730, quizás antes, cuando los temblores de la tierra impusieron a los conejeros la expatriación no sólo hacia Fuerteventura, sino al resto del mundo, donde, en casos como el de la banda oriental del Río de la Plata , colaboraron en la fundación de Montevideo, o como el de sur de Texas, donde fundaron la ciudad de San Antonio.
Tenemos también una noticia que nos sitúa al pescador don Ambrosio Santana como residente del Puertito de Los Molinos a 31 de agosto de 1901, fecha en la que rescató de las aguas de la playa de aquel caserío a los mariscadores Antonio y Luis Cabrera Llarena, de 11 y 7 años, respectivamente, el primero ya cadáver y el menor con vida. Un hecho que, además de traernos a la memoria colectiva otra de las actividades allí practicadas, nos desvela la época del año en que allá se vivía y también el nombre de uno de los más antiguos pobladores del puertito.
¿Cuándo se planteó por primera vez que el asentamiento de la desembocadura del barranco de Los Molinos era un pueblo?
Documentalmente desde la fusión de los municipios de Puerto de Cabras y Casillas del Ángel. Puerto -ya lo hemos dicho y nos repetimos- se ocupó de registrar las casas allí existentes por pura fiscalidad, pero también hay que invocar que aquella inclusión en los registros fiscales, no sólo ponía de relieve la propia existencia del núcleo poblacional, sino que también reconocía, en cierto modo, la existencia de parcelitas privadas dentro de la finca comunal de Las Salinas y Jarugo.
Presumiblemente con la Ley de Reorganización Administrativa y Representación en Cortes de las Islas Canarias, más conocida como Ley de Cabildos de 11 de julio de 1912 y su reglamento consecuente que los puso en marcha en 1913, éstas instituciones reputaron como suyas las exacciones que se cobraban por la exportación e importación de productos realizada por los puertos y costas de la isla. El Puertito de Los Molinos, por el que se verificaba una importante exportación de piedra de cal, yeso y derivados, también fue objeto de control por el Ayuntamiento de Casillas y por el recién nacido Cabildo.
En aquellos años de 1912 a 1918 se produjeron hasta movimientos comerciales de bienes inmuebles, se compra-vendieron casas, cuartos y hornos en la playa de Los Molinos, una actividad que denota la vida del caserío.
Por estas circunstancias se sorprendió Ramón Peñate Castañeyra, alcalde de Puerto de Cabras en 1930, cuando la Jefatura de Estadística quiso excluir al puertito so pretexto de que allí nadie vivía, debiéndosele contestar que las actividades en dicho núcleo eran esporádicas, reconociendo tácitamente que estaban condicionadas por el estado de la mar.
Y también el Cabildo. Poco antes era el propio Cabildo de Fuerteventura quien reforzaba nuestro planteamiento, pues acordó facilitar fondos en cuantía de 200 pesetas para arreglar el camino que desde Tefía conducía al Puerto de Los Molinos.
Y también por aquellos años se autorizó la construcción de un aljibe o depósito de agua para suministrar el fluido de agua al caserío costero; agua de lluvia, porque el discurso permanente de la salobre del barranco pudiera no ser potable en algunas épocas del año.
La zona se revitalizó con las obras del Mando Económico de Canarias: aeródromo de Tefía, presa de Los Molinos, Las Parcelas… Cabe también la posibilidad de que alguien especulase ante las expectativas alemanas sobre Canarias durante la II Guerra Mundial.
La destrucción del Eje tras la evolución de la Guerra aquietó los ánimos especulativos locales y allí quedó la presa, Las Parcelas, incluso el aeródromo que se convertiría en presidio o Colonia Agrícola Penitenciaria (1954-1966).
A las actividades económicas que se habían desarrollado en las etapas precedentes, se vino a sumar a partir de 1950 y durante la década de 1960, la plantación de tomates para la exportación, ocupando los tableros de los Opares y Los Molinos y las propias Parcelas, regadas con las aguas de la presa… La zona volvió a la tranquilidad de siglos y el Puertito continuó siendo eventualmente usado por pescadores y gentes del antiguo término de Casillas del Ángel...
Hasta su etapa actual en que, con un poco de sacrificio por usuarios e instituciones locales, tal vez convenga adecentarlo y recuperarlo como un nuevo rincón en que el viajero contemple cómo pudieron ser los orígenes de poblado marinero en la costa majorera.