Bienes del Patrimonio Cultural de Puerto del Rosario que no logran abrirse paso en la oficialidad.
Entre moratorias y catálogos en trámites se cuelan al menos dos bienes de indudable interés patrimonial, los dos vinculados a la arquitectura funeraria: el uno el antiguo cementerio de Puerto de Cabras, 1871, para el que en 1988 se incoó expediente de declaración como BIC y se caducó; y el otro, la Ermita del Ángel de la Guarda, a la que se anexó el cementerio parroquial de Casillas del Ángel cuando esta localidad era municipio en la década de 1830 y, que siendo fundación de mediado el siglo XVII, no ha recibido atención patrimonial, pese a constar en catálogos de Cabildo y Ayuntamiento, creo recordar. O sea, que a la Administración le consta su valor, sus características, sus elementos arquitectónicos y mobiliarios, sin necesidad de atrevimientos individuales como el de quien suscribe.
En el día primero de abril de 2024 presenté en el Excmo. Cabildo Insular de Fuerteventura una solicitud pidiendo la declaración de bien de interés cultural para la Ermita del Ángel, en Casillas, consciente de que pudiese encontrar cobijo en alguna de las figuras contempladas en la vigente Ley de Patrimonio Cultura de Canarias.
Convido a las asociaciones patrimoniales que funcionan por Fuerteventura a que secunden y/o apoyen la iniciativa ante la unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo de la Isla. No sólo en este caso concreto, sino en el del camposanto del viejo Puerto de Cabras, o en el de la Plaza de España o la Charca, que siendo de titularidad pública, merecen ser afrontados como elementos de la historia urbana del viejo Puerto, igualmente merecedores de ser recuperados.
Por nuestra parte nos vamos a Casillas.
Porque cuando hace más de cien años del inicio del proceso histórico que dio paso a la disolución del último Ayuntamiento de Casillas del Ángel y extinción del municipio, dos años después, bueno es airear algunos capítulos de la historia de este pueblo de Fuerteventura.
En el aspecto administrativo, muchos años de la institución local en los que vivió el “ayuntamiento parroquial”, desde 1790 a 1812, aproximadamente, en los cuales la jurisdicción religiosa y la civil empezaron a coincidir; y el “ayuntamiento constitucional”, después de 1812 y hasta 1926, la mantuvo.
La pervivencia de la Casa Consistorial nacida en la segunda etapa insinuada, nos la muestra aún junto a la casa parroquial, un edificio que, para la efeméride que se avecina, convendría rescatar en la línea que lo hizo no hace mucho la Asociación Vecinal, desde la pasada década 2010. Porque aquí sí convendría un monumento a la memoria del pueblo, un Museo de Historia del municipio.
En el aspecto religioso, la actual Casillas del Ángel cuenta con dos templos: el parroquial de la Plaza, cuya construcción se desarrolló entre 1730 y 1781, y la Ermita del Ángel de la Guarda, erigida casi cien años antes por Doña Ana Rodríguez Sanabria (o Senabria), quien aportó los dineros para que, con licencia del visitador episcopal, el licenciado Diego Rodríguez de la Paz, se hiciera la ermita y la imagen del Ángel de la Guarda que, aún se conservan.
Siguieron esta tipología fundacional los santuarios de Guadalupe de Agua de Bueyes, San Andrés de Tetir, El Rosario de La Oliva, Buen viaje del Tostón, La Merced de El Time, San Pedro de Alcántara de Ampuyenta y la que nos ocupa, el del Ángel de la Guarda.
Los últimas modificaciones importantes le cayeron en el año de la reciente pandemia, 2020, en que se cambió su techumbre, despojándose de sus antiguas tejas, y cegando una fosa que se abría delante del pequeño altar.
Pero ahí pervive el templo del Santo Ángel de la Guarda, pregonando al vecindario dónde comenzó a consolidarse el pueblo de las Casillas, en el paraje conocido en el XVII como El Verodal y al que necesariamente asociamos los de Campo Viejo, Vega Vieja, el Lomo Bermejo, la Montaña del Campo, el Huerto Viejo; hacia esos parajes mira la ermita porque allí tenía su sustento y el de sus patronos. Y los topónimos, por contraposición, nos convidan a suponer un “campo nuevo”, un “nuevo asentamiento” en el que, andando el tiempo, construirían, como dijimos, la nueva iglesia con vocación de parroquia, ya avanzado el siglo XVIII, al norte del barranco de Río Cabras.
Consideramos que la ermita del Ángel que dio el nombre que hoy lleva este pueblo, debe ser considerado como inmueble protegido por la Ley de Patrimonio Cultural de Canarias, con su mobiliario anexo, hechura del Ángel y placas recortadas y pintadas que enmarcan su hornacina.
Así lo pedí de una forma enunciativa y/o declarativa para su consideración por la unidad correspondiente de la institución insular, y aquí lo compartimos porque creo que ésta es una manera de fomentar la identidad histórica de un pueblo. Hasta la conmemoración de 2026, y después de ella, tenemos que trabajar en esta línea.
Quedan por hacer la valoración de la imagen del Santo Ángel, levantamientos planimétricos de el templo, colindancias, festividades y costumbres vinculadas a esta ermita de la que, por ahora, diremos que celebró su primera festividad el 1 de marzo de otro año bisiesto del siglo XVII. Desde entonces hasta ahora, toca recopilar documentos, imágenes, recuerdos... Como individuo ya hemos hecho bastante, aunque se archive por vencimientos o por desistimiento; las asociaciones y defensores del patrimonio, los propios vecinos, si lo estimaran, pudieran secundar y/o apoyar la iniciativa.
Estamos hablando de una de las dos ermitas del término municipal de Puerto del Rosario que son anteriores en casi cien años a las parroquias de Tetir y de Casillas (El Ángel y la Merced, aparte de la de Ampuyenta que es posterior, y la del Valle de la Sargenta, repuesta en la década de 1980).